domingo, 26 de octubre de 2014

El público que nació con Los Beatles

Un análisis del público que se bautiza como fanático de la banda británica

Más altibajos son imposibles. Desde que la separación de los Beatles, la carrera de Paul McCartney ha sido como una montaña rusa llena de momentos cumbre y depresiones musicales que parecían insuperables. Pero McCartney, casi siempre menospreciado y malinterpretado, ha sobrevivido a todo”.

La era 'Beatle' comprendida entre 1957 y 1964, tiene más cosas que contar que la fama alcanzada. Cuatro perfectos desconocidos convertidos en héroes y poetas, que reflejaron el espíritu de su tiempo. La historia de Quarrymen, más adelante The Beatles, se convirtió en leyenda, los entendidos en el tema afirman que el hecho de que estos cuatro muchachos- en ese entonces- fue una verdadera suerte, sobre todo por la época en la que se desarrolló su carrera musical.

Según Arturo Andrade, etno musicólogo y músico académico: la música antes de que aparecieran los 'Cuatro de Liverpool', era una mala copia del rock norteamericano.
Los Beatles se incorporan al movimiento hippie acompañando a los jóvenes con composiciones de temas que convirtieron en himnos que identificaban a todos aquellos que se pronunciaban acordes a la causa de 'paz y amor', un ejemplo de ello el tema All You Need Is Love(Todo lo que necesitas es amor).
El cuarteto conformado por John Winston Lennon (1940-1980), como guitarra rítmica; Richard Starkey (1940), más conocido con el nombre de Ringo Star en la batería; James Paul McCartney (1942), como bajista; y George Harrison (1943-2001), como guitarra solista; tenía ciertas particularidades según Andrade:
John por ejemplo no sabía afinar la guitarra, por lo que sus compañeros debían hacerlo por él. La entrada de George se dio porque los músicos no tenían lugar para ensayar y la madre de este, ayudó con el espacio necesario.

Para Andrade, el inicio de la banda con covers de estrellas como Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, Carl Perkins, Fats Domino, fue el elemento primordial para ganarse al público. Los temas tenían un sonido muy sencillo pero ingenioso, compuestas en tonalidad mayor pero modulando siempre por menores, esos arreglos los fueron forjando de a poco..

La música de estos cuatro genios sigue siendo la misma, es original pero el público si ha cambiado.
Ya no estamos en el final de una posguerra mundial, ya no podemos ser sus originales fans histéricos y maniáticos”.
La histeria actual de los fanáticos es distinta, sobre todo debido al salto tecnológico que se ha desarrollado en las últimas décadas. Pero a la vista de este músico no existe un progreso en el consumo cultural.
Algunos no pagarían una entrada para ensordecerse con los gritos de miles de personas, sin poder escuchar ni siquiera una canción del grupo musical más genial del siglo pasado. Sin embargo, somos hijos herederos del capitalismo, lo que nos llama al estatus. Yo pago una entrada (la más cara) para que el resto lo sepa”.

El fenómeno Beatles de los que se deriva el de Paul McCartney, es de aquellos que marcan un antes y un después en la conducta social. En este sentido, Andrade define a este fenómeno como una enfermedad cultural, determinada por una nostalgia que evita el análisis riguroso y serio de la música.

No me refiero a la nostalgia por la beatlemanía, ni a la certeza de no poder disfrutar ya nunca más de nuevas canciones de Lennon y McCartney, sino al auténtico fenómeno improbable que deberíamos de analizar: el hecho de que, en la actualidad, otros cuatro encantadores muchachos de clase obrera representaran un ejemplo, de magnitud antes impensable, de la trágica destrucción de la verdadera cultura popular, precisamente la obrera, pervertida por la mercantilización de sus cualidades”, asevera.

De este modo una de sus conclusiones es que el modo de producción capitalista facilitó la difusión y alcance improbables de la música, desvalorizando hasta cierto punto la naturalidad y espontaneidad de las clases obreras, quienes no son dueñas ni del producto final, ni de las posibilidades de acceder a él.

El capitalismo se ha robado algo más valioso que el futuro o el pasado, nos ha robado el presente. Nuestro yesterday ya no es el que compuso Sir Paul McCartney. La fanaticada de los años 60 murió de la mano de sus propios responsables, y murió dos veces, primero, con la firme decisión de no dar más conciertos, y finalmente, porque no fueron capaces de escribir una canción titulada Don’t let it be”, opina Andrade, quien además asegura que el consumo de la cultura va más allá de llenar estadios para ver a un artista.

Así mismo se reafirma en su posición de que 'los hijos de los 60' están inmersos en un vasto campo de la semiótica popular, en la que tendrían una mirada superficial de sus ídolos.
Nos basta para deprimirnos y lamentar una suerte de implacable destino”dice, refiriéndose a los cambios de imagen, especialmente a partir de 1966 y del álbum Revolver, que no estaban únicamente vinculados con el abuso de las drogas, con la psicodelia o el movimiento hippy, sino, sobre todo, con un precipitado envejecimiento.

Sin embargo los define como unos soñadores...
El músico define a los Beatles como un hito dentro de la historia de la música, sin embargo serán muy pocos los verdaderos seguidores, puesto que la genialidad va más allá de los escenarios. En este punto los británicos lograron canciones de estudio difíciles de reproducir, ya que con el paso de los años y su maduración como personas y como artistas les permitió dar rienda suelta a una imaginación que pocos pudieron entender.


Su filosofía fue el espejo de un optimismo, que ha veces ha caído en el infantilismo. El estilo de vida que propiciaron en sus canciones (dejando de lado a las que se refirieran a asuntos sentimentales o algún motivo en especial) se basó en dos coordenadas fundamentales: La solución de todo está en el interior de cada uno. Todo se consigue con amor. Un tercer eje secundario sería: nuestros amigos siempre han de ayudarnos”.


Texto: Daniela Moina Armas

Quieren saber 'A qué suena' Sudamérica



Dos cantautoras venezolanas emprendieron el viaje de un año para captar en video todas las manifestaciones musicales de la región


La música es uno de los elementos inequívocos de la comunicación humana. Una expresión artística que identifica un grupo social geográfico o no. La variedad de propuestas a lo largo de la historia y los relatos que se tejen en la memoria conforman el imaginario de los pueblos.

Y es precisamente la riqueza sonora de Sudamérica la que despertó el interés de 2 artistas venezolanas quienes se embarcaron en un viaje de un año en el proyecto ¿A qué suena?. Las cantautoras Cheryl Bonaventure y Diana Búnker que conforman a su vez el 'Dúo Bonaventure'

“Queremos saber a qué suena sudamérica, creo que haremos grandes descubrimientos” sostiene Cheryl, quien es músico de carrera en su natal Venezuela.

La idea se derivó de la realización de la tesis de su maestría en musicología en la que se planteó esta ambiciosa investigación. Es así que el objetivo es documentar el proyecto, tanto en video como en audio y difundirlo a través de medios gratuitos en cada uno de los países que recorrerán.

Los fondos para esta realización saldrán- según sus mentoras- de la autogestión, es decir que realizarán presentaciones en acústico de diferentes géneros, sobre todo el del folclor venezolano. Asimismo aceptan donaciones para financiar los gastos logísticos de un viaje tan largo por tierra.

El camino empieza en la mitad del mundo

“Hemos decidido empezar en Ecuador por la gran apertura que ha tenido el proyecto”, afirma Diana quien es egresada de la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas.

Con un promedio de un mes por país la meta es pasar por las propuestas de música folclórica y tradicional, músicos de calle y música académica. La primera entrevista la realizarán al maestro Limber Valencia, quien las direccionará en cuanto a las sonoridades afro del país.

Asimismo tendrán la colaboración de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, entidad que también realizará los contactos necesario para que las artistas puedan llegar a la mayor cantidad de propuestas posibles.

“Vamos a entrevistarnos con el coordinador del coro de la Casa de la Cultura (Jorge Jaramillo), quien toca música folclórica en un órgano tubular”, comenta Cheryl entusiasmada, ya que generalmente este instrumento es usado para la música sacra y religiosa.

Las venezolanas están seguras de hallar gran cantidad de talento en un contexto cultural de calidez humana, apertura que caracteriza a los pueblos latinoamericanos.

Los países que conforman la ruta base- en la fase de pre-producción- son: Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Guyana, Guayana Francesa, Surinam, Venezuela y Colombia.

Cada episodio mostrará diferentes lugares de la región, donde se muestren las manifestaciones artísticas de cada país. En principio están planteados 12 programas en el transcurso de un año, pero los resultados dependerán del apoyo que reciba el proyecto tanto del sector público como del sector privado en cada uno de los países.


Texto: Daniela Moina Armas



lunes, 13 de octubre de 2014

La energía de '30 Seconds To Mars' explotó el Ágora



Jared Leto se mostró cercano a sus fans. Prometió volver a Ecuador en nuevas giras.


Los ánimos estuvieron al máximo desde el principio, un público mayoritariamente joven llenó el 95% del Ágora de la Casa de la Cultura el pasado 7 de octubre. La euforia era inevitable, por primera vez el ganador del Óscar, Jared Leto pisó tierra ecuatoriana. La pieza 'O Fortuna' del Carmina Burana en el inicio disparó la expectativa de verle- a pesar de que es un recurso bastante reiterativo-. Leto saltó al escenario junto con la banda: Tomo Milicevic y Shanon Leto.

Mientras sonaba 'Up in the air' el cantante saltaba por todo el escenario vestido de súper héroe (mallas negras, calzoncillos rojos y grandes, una capa blanca y una especie de corona dorada sobre la cabeza). Por supuesto- con un español bastante forzado- saludó con un grito a los presentes.

La potente batería no dejó decaer la energía durante casi dos horas de espectáculo, mientras Jared con un aspecto por demás 'mesiánico' intentaba por todos los medios acercarse a su público. Un par de veces invitó a los fans a subirse a la pasarela (extensión del escenario hacia el público) para que cantaran con el.

La locura se desató cuando Leto se acercó hacia el área de VIP, logrando que muchos de los fans se saltaran la valla para tocarlo o por lo menos verlo más cerca. Es que siempre se ha caracterizado por mostrarse carismático y cercano a sus fans.

Las emociones subían y bajaban al compás de las canciones, en las que se utilizó el mismo coro 'sing along'. Leto quien no dejó de disfrutar su puesta en escena prometió volver al país, luego de pronunciar que ahora Ecuador era su nuevo hogar.

Sin embargo sin desmerecer el trabajo de la banda, 30STM es un espectáculo apegado al pop y a las propuestas de boys bands contemporáneas. De rato en rato el ritmo que imponía la batería de Shanon se acercaba a la propuesta de rock alternativo que promueve la banda.

Sobre la banda

30 Seconds to Mars nació en 1998, el nombre surgió de una teoría escrita por un ex-profesor de Harvard. Cuentan sus integrantes que uno de los subtítulos de la tesis era ‘Thirty seconds to Mars’ (Treinta segundos a Marte), que trataba sobre el crecimiento de la tecnología y su incidencia en las relaciones humanas. Una de sus conclusiones era que los seres humanos estamos a treinta segundos del planeta Marte.
La banda entonces pensó que esta teoría describía su música por su precisión, velocidad, y sonido. Asimismo, Jared es una importante figura del rock y también de la actuación con premios como SAG y Globos de Oro.

La agrupación ha vendido alrededor de 11 millones de copias en todo el mundo, por lo que han sido premiados en 80 ocasiones de 145 nominaciones.



Texto: Daniela Moina
Fotos: Fernando Sandoval

martes, 7 de octubre de 2014

El 'Aeternum' de los siete cómplices sobre el escenario

Los Vivancos incluyen diversas técnicas dentro de su propuesta de flamenco fusión en la compañía que iniciaron en 2007

El público- en su mayoría femenino- deliró con algunas escenas del 'Aeternum', sobre todo en las que la sincronía y la destreza se hicieron presentes. La obra compuesta por siete actos combinó ballet, flamenco, danza contemporánea y artes marciales. Sin embargo- sin negar el virtuosismo de los intérpretes- hubo partes que bien pudieron prescindirse.
Todo inició con una imagen fantasmagórica: siete almas aparecieron en un claroscuro azulado. De repente uno de los hermanos despareció casi sin notarse – es que casi siempre había la necesidad de contarlos sobre el escenario- . Un solo a continuación, era Cristo con un abrigo decorado como un vestido de flamenco fucsia, el manejo de la falda mientras zapateaba se ganó cientos de aplausos. Tres ánimas le acecharon y se enfrentaron en un juego de movimientos casi perfectos giros, pasés, grand jetés y saltos demostraron los años de preparación dentro del ballet de los hermanos. Finalmente la lucha culmina en la conversión del bailarín en un demonio más.

Más adelante dos de los hermanos representan la dualidad humana, la música ya un poco alejada del flamenco y ausente de voces, se tornó más tribal. El sonido de los tambores de asemejaban a los latidos del corazón que se aceleraba y se calmaba. Un juego sonoro que acompañó- como en casi toda la obra- los sincronizados movimientos de pies. De nuevo la lucha, las luces rojas daban impresión de que se cometía una masacre, la sangre del bailarín negro ya corría sobre el escenario.

La oscuridad de la escenografía ayudaba a los cambios de vestuario y colocación de indumentarias- casi nadie se dio cuenta cuando salían y volvían a entrar a escena-.

De nuevo los 7 en los efectos de penumbra, las luces se prendían en sus muñecas mientras hacían sonar las castañuelas en sus manos. La imagen era de un cuerpo sincronizado, con 14 manos y 14 pies expandiéndose y contrayéndose al ritmo de los latidos y las respiraciones que de alguna forma se sentían como una unidad.

Los ánimos se calman un poco, un violín ejecutado limpiamente convierte el lugar en algo apacible y tranquilo, así mismo con la flauta traversa y el violoncello. La gente quedó boquiabierta cuando uno de ellos entonó este instrumento mientras sus piernas se colocaron en segunda posición a metro y medio del piso. Es que el espectáculo resultó un vaivén de emociones con momentos en los que no se necesitó de una banda sonora, el zapateo sobre el cajón y la demostración de porqué son los dueños del récord guiness, determinó el ritmo de los 90 minutos del show.

La complicidad y la confianza entre 'Los Vivancos' se pudo evidenciar cuando ejecutaron las frases dancísticas con los ojos vendados. De vez en vez tenían la necesidad de tocarse- por cuestiones del espacio- pero las figuras se dispusieron sincronizadamente en el escenario.
Allí mismo una estructura de metal fue un elemento primordial para el clímax del espectáculo: los siete zapateando de cabeza sostenidos por un par de correas, los aplausos y gritos llovieron a su favor.


Al final los torsos desnudos y un poco de coquetería terminaron por subir la temperatura en los ánimos de los presentes, sobre todo cuando se bajaron para tomarse algunas fotos y entregar un poco de besos.

Texto: Daniela Moina Armas
Foto: Fernando Sandoval